lunes, noviembre 19, 2007

TEATRO 2 DE MAYO

Lo que el tiempo se llevó



En 1876 ansiosamente lo esperaban, de igual manera hoy, 131 años después, Chiclayo lo espera. Todos aquellos que en verdad valoran la cultura y que disfrutaron hace más de una década de esta joya arquitectónica ansían rememorar aquellos sentimientos, aún así los que nunca han gozado de una noche mágica, muy pronto podrán disfrutar del teatro… desde el teatro.


En su escenario han actuado estrellas de la talla de “La novia de América”, Libertad Lamarque; el trío de boleristas mexicanos “Los Panchos”, la exuberante rumbera “La Tongolele” y su par Amalia Aguilar, la increíble Ima Sumac, el afamado grupo “Bim-Bam-Bum”, los uruguayos “Los Iracundos”, nacionales como Lola Vilar, Ricardo Blume, y un sin fin de estrellas más deslumbraron a sin número de chiclayanos.

Sin embargo, han pasado más de seis años desde que Defensa Civil sugirió el “No Uso” del Teatro Dos de Mayo, por considerarlo no apto para ser habitable, sugerencia que obligó al cierre de sus puertas por no contar con el dinero suficiente para iniciar su restauración, inminente retroceso cultural para Chiclayo.

Con el fin de no paralizar el avance cultural, la Sociedad de Beneficencia Pública de Chiclayo, inició hace algunas semanas, estando a cargo el ingeniero Jorge Reynoso, las obras de puesta en valor del inmueble declarado Patrimonio Cultural de la Nación en 1989, con una inversión de casi 70 mil soles, dinero de la propia Beneficencia, destinado al mantenimiento de las butacas, arreglo de pisos, escaleras, tramoyas, cambio de farolas y demás sistema de iluminación, así como el arreglo de baños y camerinos.

Además, como proyecto a mediano plazo y mediante gestión de la misma, se pretenderá iniciar la restauración de esta joya arquitectónica, rescatando todo aquello que aún es rescatable, como la caja acústica del escenario, una de las mejores del país, la sala del público, la platea, los palcos, el callejón de aislamiento, los camerinos, las butacas, los pisos y cuanto haga falta salvaguardar.

¿Por qué un Dos de Mayo?
Ningún chiclayano, ya sea amante del arte o no, debe ignorar la historia del “Dos de Mayo”, construido con adobe y madera y que hoy fuere el último que queda de su clase en el mundo.

Según Nicanor de la Fuente, “Nixa”, el Teatro Dos de Mayo data de 1863 a 1865, fechas en que estuvo apostado en Chiclayo un regimiento que comandaba el entonces coronel, Mariano Ignacio Prado. Identificándose con el sentimiento de los principales caballeros y las aspiraciones progresistas, acordaron abordar el viejo proyecto de construir un teatro.

Según otras versiones, la idea de construir un teatro fue tomada con la finalidad de encontrar en él una fuente de ingresos para mejorar las instalaciones y el servicio del Hospital de las Hermanas Mercedes. En 1865 las obras se paralizaron cuando el coronel se retiró con sus tropas, aunque fueron reanudadas en 1876 bajo la dirección del cónsul norteamericano Alfredo Lapoint.

Prado se dedicó a conciliar voluntades, siendo el francés Alfredo Lapoint quien trajo los planos desde su país natal, encargándoselos a un notable arquitecto, según se cuenta tuvo participación Eiffel, el mismo que diseñó la famosa torre del mismo nombre.

Nixa relata que siendo prefecto del departamento el capitán de navío don Carlos Ferreyros y director de la Beneficencia, Alfredo Lapoint, el Teatro fue concluido, con un empréstito de 16 mil pesos, dinero adquirido gracias a bonos obtenidos por los vecinos e incluso con la ayuda de los soldados, comandados por Mariano Ignacio Prado e inaugurado el 28 de julio de 1878 por la compañía Fernández Gómez; llamándolo “Teatro Dos de Mayo”, en conmemoración del combate de la misma fecha de 1866, y convirtiéndose en lugar obligado para las diversas presentaciones artísticas de la época, con artistas locales, nacionales e internacionales.

Durante la guerra con Chile el teatro se convirtió en centro de operaciones militares de la escuadra chilena, estando Patricio Lynch a cargo. Escuadra que en 1979 intentó incendiar las instalaciones del teatro, situación que enfrentó valientemente Alfredo Lapoint, alegando que “este local no es del Gobierno señor. El teatro ha sido construido con dinero de varias personas, inclusive el mío, y en mi calidad de representante diplomático reclamo por él”, ante lo cual el militar sureño no tuvo más remedio que respetar el local.

Lo que antes era, hoy es
Con capacidad para unas quinientas personas, distribuidas en platea, palcos y dos galerías, contando con acústica y visibilidad envidiables, el local fue construido en forma de herradura sobre los restos de la Huaca del Coliseo, de manera trapezoidal abarca las calles Juan Cuglievan norte, Vicente de la Vega oeste y Alfredo Lapoint sur.

Desde que empezó a funcionar el Teatro Dos de Mayo, se hallaba sobre un amplia área de 120 metros, contaba con varios pasillos que conducían a distintos ambientes, uno amplio para ensayos de orquesta de cámara y otro de igual magnitud para exposiciones de pintura y escultura. También se contaba con tres almacenes para utilería, además de dos espacios para oficinas.

En la entrada general para el público se encontraban dos boleterías y una puerta de escape, además de una puerta trasera para poder ingresar trastos, escenografías y demás. El público podía contar con una amplia sala de espera y los artistas con tres camerinos amplios y seis mediamos; sin embargo, fue el escenario el que se llevó buen número de comentarios y elogios por parte de artistas, ingenieros y arquitectos nacionales y extranjeros, el cual, cercado por las bambalinas, cuenta con un estratégico diseño de paredes cubiertas con planchas de corcho especial que le permitían una excepcional acústica. De igual manera, el auditorio era merecedor de estos elogios, 350 butacas rodeadas de pilares de donde pendían faroles y diversos tipos de iluminación que fueron modernizándose con el tiempo.

El piso estaba cubierto de una madera especial canadiense que le permitía firmeza y mejoraba la acústica, además el Teatro Dos de Mayo contaba con una mezanine para 90 personas, un tercer nivel con 180 butacas y un cuarto nivel con graderías hasta para 220 personas, en una noche de gala casi 500 personas disfrutaban cómodamente.

Achaques del tiempo
La estructura del Teatro Dos de Mayo se encuentra seriamente deteriorada y sus instalaciones han sufrido desperfectos por la acción del tiempo, las constantes lluvias han debilitado los soportes de la viga madre, el fenómeno “El Niño” en 1983 y 1997-1998 abrió más heridas en la vieja sede. No sólo las lluvias de 1925 dañaron la sólida infraestructura de adobe y sus muros de doble ancho y los ralos techos, sino los movimientos telúricos, que pese a todo soportó hidalgo.

A pesar de los constantes trabajos de mantenimiento, la estructura presenta problemas serios, la mayoría de madera está en malas condiciones, los muros de adobe presentan niveles de humedad elevados, además la abundante napa freática ha lacerado los cimientos, produciéndose una casi laguna en el sótano, además la dueña oficial del Teatro, la Sociedad de Beneficencia Pública de Chiclayo, dispuso el uso de varios ambientes, para lo cual realizaron varias adaptaciones que debilitaron varias paredes y pilares del Teatro.

Asimismo, el alquiler de los ambientes del recinto cultural contribuye al deterioro y debilitación de la construcción. Éstos fueron alquilados por primera vez el año 1905 con el fin de obtener fondos para continuar con su construcción. Concluidas las obras la situación permaneció igual; en 1989, la directiva de la Beneficencia de Chiclayo decidió alquilar nuevamente estas instalaciones a pesar de haberse comprometido a ampliar la estructura del mismo y no volver a alquilarlo. El segundo piso del teatro, donde antes funcionaba un hotelucho, el mismo que fuera desalojado, fue alquilado a más de 20 personas, además de las tiendas del primer piso.

Además, esta instalación ha sido víctima de innumerables mutilaciones como la demolición de la primera fila de palcos, la desaparición de todo el decorado, tanto arquitectónico como de mobiliario, como cornisas de los muros, los marcos trabajados con molduras de la boca del escenario, la desaparición del cielo raso de metal estampado que fuere traído desde Nueva York, Estados Unidos, y que fue rematado en 1933, la desaparición de la balaustrada de madera torneada de los palcos y la lamentable demolición de lo que fuera los salones del teatro, que posteriormente sería utilizada como tienda y hostal.

Las buenas intenciones
No todo el tiempo el teatro ha sufrido el olvido de la población, muchos se preocuparon por su real situación y colaboraron con algo más que la voluntad. En 1989, Fernando Guillén Arruda, egresado de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Ricado Palma de Lima, desarrolló sus Tesis de Bachiller y Grado realizando un estudio del Proyecto Arquitectónico integral de Restauración, Remodelación y Ampliación, que conjugó dos partes del Teatro: el edificio moderno con el monumento en sí (la sala y el escenario). Este proyecto fue auspiciado por la Sociedad de Beneficencia de Chiclayo y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONCYTEC).

Otra muestra de la buena voluntad se dio en el 2000, realizándose la cruzada “Salvemos al Teatro Dos de Mayo”, pretendiendo recaudar recursos a través de diversas actividades; sin embargo, acciones que quedaron en buenas intenciones también marcaron la historia del Dos de Mayo.

En febrero del 2002, el Instituto Nacional de Cultura y la Beneficencia suscribieron un convenio para efectuar la restauración y puesta en valor. El INC dirigido en ese entonces por Luis Repetto Málaga se comprometió a la elaboración del proyecto integral de restauración a nivel arquitectónico y de ingeniería, mientras que la beneficencia aseguró el financiamiento con la suma de 23 mil 900 dólares, pero sólo para financiar los estudios.

Uno de los personajes que más ha luchado por la conservación y restauración del Teatro Dos de Mayo, ha sido José Puga Mendoza, director de la prestigiosa Escuela de Ballet de la ciudad de Chiclayo, quien con nostalgia recuerda cómo hace décadas los expertos bailarines del Ballet de Cuba y La Joven Guardia deleitaban a miles de chiclayanos.

“Por la excelente acústica y belleza arquitectónica, el teatro Dos de Mayo es una verdadera obra de arte que debe preservarse no sólo por la historia que encierra, sino para difundir cultura entre las generaciones venideras. Nuestro escenario tiene un estilo propio de la época republicana, pero continúa con la tradición de los viejos teatros europeos”, manifestó hace tiempo.

Septiembre se anuncia, por la Beneficencia Pública de Chiclayo, como el mes en que Chiclayo tenga de regreso al Teatro Dos de Mayo, vieja joya cultural que todo este tiempo esperó, paciente, ser recordado y que a gritos, desesperado, pide ser conservado.




((Jill Barón Rodríguez - Estudiante IX ciclo Periodismo))
((Expresión Nº 528 - Chiclayo, del 24 al 30 de agosto del 2007))
((Fotografías: Jill Barón))

2 comentarios:

  1. Les quería hacer una consulta.....mi hermana que vive afuera me comentó que compro pasajes a Buenos Aires, se viene a mi casa, y ella adora el teatro, a donde me recomiendan llevarla? gracias!

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  2. Jessica, disculpa que no te pueda ayudar. Yo vivo en Perú y ni idea de a dónde puedes llevar a tu hermana allá en Buenos Aires. Pero sé que existen estas páginas:

    1. Para saber qué obras están en cartelera, con dirección de teatro, referencias de cómo llegar, los días, precios: http://www.entradateatro.com.ar/category/cartelera-de-teatro/

    2. La página donde se pueden comprar los tickets, también hay información de cada obra, precios, funciones, etc. Esta es más completa:
    http://www.ticketek.com.ar/list.php?area_id=3

    Espero que eso las ayude. El teatro es lo máximo, disfrútenlo ;]

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