lunes, noviembre 19, 2007

LA DROGADICCIÓN

Oscuro camino con salida



Desde 1987 se ha establecido el 26 de junio de cada año como el Día Internacional de la lucha contra el uso indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, con el fin de fortalecer las actividades necesarias para alcanzar el objetivo de una sociedad internacional libre del abuso de drogas y conseguir que el público tuviera mayor conciencia de la lucha contra el uso indebido de estas sustancias y promover la adopción de medidas preventivas.

El uso indebido y el tráfico ilícito de drogas constituyen un problema de trascendencia nacional que afecta a la sociedad peruana, en especial a los grupos humanos más vulnerables, conformados por los niños, niñas y adolescentes.

De esta manera, cada gobierno debe encargarse de la captación y canalización de recursos financieros y asistencia técnica de fuentes de Cooperación Internacional hacia las instituciones que ejecutan programas y proyectos de prevención, rehabilitación y desarrollo alternativo.

A pesar de esto, en el Perú no se da el apoyo debido a estos centros terapéuticos, muchos de los cuales se subvencionan por medio de donaciones de entidades del extranjero o gracias a los bolsillos de grupos de personas deseosas por ayudar a jóvenes y adultos que por diversas razones se vieron inmersos en el mundo oscuro que son las adicciones.

Razones para caer
Los adolescentes viven una etapa de crisis, en busca de una personalidad definida tratan de evadir los problemas, ya sean familiares, debido a la incomprensión de los padres, la falta de comunicación, la violencia física o psicológica, padrastros intolerantes, la falta de recursos económicos, las dificultades escolares, el abandono por parte de alguno de los progenitores y sobre todo aquella sensación de desamor.

Los problemas familiares o personales, ocasionan en los adolescentes depresión, sentimiento de culpa, autoestima baja, evasión de la realidad, desamparo y prepotencia. Casi siempre tienen la impresión de no ser escuchados, buscando la salida más fácil que los ayude a olvidar los malos ratos, convirtiéndose el alcohol y las drogas en su “mejor amigo”, sustancias que les generan adicción y al no poder dejarla optan por abandonar el hogar, agravando considerablemente los problemas iniciales que los llevaron a refugiarse en sustancias tóxicas.

A la luz de la verdad, otra causa para que los adolescentes o jóvenes recurran a las drogas las constituyen las influencias sociales, cuando un joven no es aceptado por los amigos o no puede ingresar a cierto grupo hasta que ingiera alguna droga, el afán de ser como ellos, de imitarlos, hace caer a muchos jóvenes, en su mayoría, débiles de carácter, los adolescentes deben ser muy conscientes de sí mismos para mantener su postura de decir: NO.

Como lo dice aquel dicho popular “la curiosidad mató al gato”, así mismo, la curiosidad de los jóvenes por probar sustancias tóxicas como las drogas los llevan a la adicción, muchos observan a adolescentes de su edad que consumen marihuana o cocaína y por imitar estos actos y saber qué se siente probarlas, lo haces; recurriendo -en la mayoría de ocasiones- a los inhalantes, debido a que son de fácil acceso para ellos, por ser autorizados y vendidos a bajo costo en cualquier ferretería, como es el caso del terocal, lo que ocasiona ventaja de consumo.

Lo “bueno” y lo malo
En el país, existen dos tipos de drogas, las legales compuestas por el alcohol y el tabaco, y las ilegales, encontrando a la marihuana, la cocaína (PBC) y al terocal y otros alucinógenos.

El alcoholismo es una enfermedad crónica, un desorden de la conducta caracterizada por la ingestión repetida de bebidas alcohólicas hasta el punto de que excede a lo que está socialmente aceptado y que interfiere con la salud del bebedor, con sus relaciones interpersonales o con su capacidad para el trabajo.
Asimismo, los médicos definen a las drogas como cualquier sustancia que al introducirse al organismo produce una alteración en su funcionamiento. El alcohol tiene esa característica, además es capaz de producir adicción o dependencia, por lo tanto es una droga.

Por otro lado, diversos estudios han comprobado que el uso constante de la marihuana crea tolerancia hacia la droga, es decir, que la persona tiene que fumar más cantidad para sentir la euforia que sentía con pequeñas dosis. La marihuana afecta la capacidad de conducción por un período de cuatro a seis horas después de haber fumado un solo cigarrillo.

Al igual que el alcohol, crea dependencia psicológica, lo cual significa que la persona apetece la droga por sus efectos. Además el cuerpo depende físicamente de la droga, y cuando falta se presenta dificultad para dormir, nerviosismo y mal genio. Sin embargo, anualmente, más de ciento veinte mil personas buscan tratamiento para su adicción primaria a la marihuana.

La cocaína, llamada “crack” cuando se fuma, es una de las drogas más potentes, puede conducir a la muerte. Una vez que una persona la prueba no puede controlar hasta qué punto seguirá consumiendo. Sus principales formas de administración son la aspiración, la inyección y el fumar, la primera produce problemas nasales, pudiendo provocar la desintegración de la membrana mucosa de la nariz y hasta que el tabique nasal se desintegre.

Al recurrir a la segunda forma de consumo, el joven o adolescente se expone a infectarse con el VIH/SIDA, toda vez que tenga que compartir agujas con otras personas; además, el fumar permite que dosis altas lleguen al cerebro más rápido produciendo un estímulo intenso e inmediato.

Al consumir PBC las pupilas se dilatan y aumenta la temperatura y la presión arterial, además se puede acompañar por convulsiones, paro cardíaco, paro respiratorio o derrames.

Callejón con salida
Hace tres años, en Italia, una madre acude a un Padre, llamado Matteo, su objetivo era uno, pedirle que abriera un Centro de Ayuda para toxicodependientes, alcohólicos y personas con dificultades psico-sociales y de comportamiento. De esta manera llega La Comunidad en Diálogo a Chiclayo.

En Reque, a pocos kilómetros de Chiclayo, nace otro Centro, gracias a cinco jóvenes que partieron de Italia para llevar el mensaje de amor, “un conjunto de personas que luchan por ser ellos mismo, por reconquistas aquella dignidad que hace grande al hombre, cada hombre, cualquiera sea su historia, cualquiera que sean sus heridas”.

Este Centro ayuda a los jóvenes a no escapar de los problemas, comparándolos con otros estilos de vida mejores propuestos por ellos mismos, es ahí mismo donde viven, comparten y mutuamente salen de aquel hueco oscuro en el que estuvieron inmersos, dejando atrás aquella dependencia que les arrebató su propia existencia.

“Comunidad en diálogo” trae tres convicciones al Perú. La primera y fundamental, que de la droga se puede salir, que esta es una respuesta mala a la demanda mundial de espiritualidad y de humanidad desarrolladas hoy y que se pueden revivir conciencias nuevas a través de la responsabilidad y la constante confrontación con los demás, los jóvenes descubren las propias cualidades interiores y de ser activos y protagonistas en las relaciones.

Por el momento este Centro Terapéutico acoge de manera gratuita a siete jóvenes que pretenden dejar atrás la adicción, así como dar un cambio radical, dejando atrás aquellas sustancias dañinas, repitiéndose constantemente que “no se consumirá más, simplemente porque no se tendrá más necesidad”.

En esta quinta de Reque estos siete jóvenes viven alejados del caos y locura de la ciudad. Desde muy temprano inician actividades que los mantienen con la mente ocupada en labores útiles, cada uno tiene un turno de trabajo que les permite ejercitarse, ellos mismos se ocupan de la cocina, de los animales del corral (como chanchos, pavos, patos, conejos, gallinas, entre otros), de los sembríos y de los quehaceres domésticos, todo cumplido al pie de la letra y con suma disciplina, acción que los ayuda en su vida personal, puesto que sin disciplina en las tareas programadas carecerían de ella para volcarla en sus propias acciones como personas.

Pasos para ser acogido
El programa terapéutico da inicio con una entrevista preliminar, lo que allí se llama “Fase preliminar de la acogida”. En ésta se explica el programa, decidiendo la persona si acepta o no las condiciones. En “Comunidad en Diálogo” nadie es ingresado en contra de su voluntad.

Después de la entrevista viene la “Fase de acogida zonal”, período de un mes que sirve para introducir al joven a asumir una mentalidad que lo ayude a dejar viejos estereotipos, malos comportamientos contra la sociedad y contra él mismo, así como abrirse a nuevos comportamientos más constructivos.

En el “Periodo zonal” la persona va dejando espacio a la experiencia formativa. Aquí el joven tiene que conseguir la capacidad de juicio y elección, el crecimiento responsable para permanecer fiel a los compromisos adoptados, adquirir una capacidad de diálogo y de confrontación y finalmente ejercer dimensión espiritual, acogiendo valores, los cuales nunca sobran.

El tratamiento terapéutico se prolonga durante un año, en el que cada joven es autónomo en su decisión de quedarse hasta el final o de abandonar el “tren” a mitad del camino. Aunque de tomarse esta decisión se intenta dialogar con ellos y persuadirlos, sin ningún afán por mantenerlos a la fuerza, recuperarse es decisión de cada uno de ellos y de nadie más.

La convivencia de estos jóvenes se rige por cuatro reglas, no se admite ninguna violencia física ni verbal, no se usa ni drogas ni alcohol, no se puede estar solo o pasear solo y no se admiten privilegios. De esta manera se intenta mantener una relación de confianza, tranquilidad y sobre todo de mucho diálogo.

Es así como un grupo de personas, lejos del país que los vio nacer, ayudan a la rehabilitación de jóvenes chiclayanos ansiosos por recuperarse, sin cobrar ingreso, ni manutención; sin embargo, cualquier ayuda es siempre bienvenida, no para fines de lucro, sino todo lo contrario, una ayuda altruista que no beneficia sólo a estos muchachos, sino también a toda una sociedad que, se quiera o no, se ve perjudicada con la drogadicción que desencadena la delincuencia y en el peor de los casos, infecciones como el VIH/SIDA.

Son estos jóvenes los que necesitan salir de ese callejón oscuro que muchos creen no tiene salida, instituciones como ésta demuestran que esto es posible, siguiendo un principio dado por su director fundador, el “respeto a los demás con amor”, que coincide con algo que el divino creador predicaba: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”, y son estos jóvenes los que merecen el amor y la ayuda que quien pueda, debe dar.
((Jill Barón Rodríguez - Estudiante VIII ciclo Periodismo))
((Expresión Nº 520 - Chiclayo, del 23 al 28 de junio del 2007))
((Fotografías 4,5,6: Jill Barón - 1,2,3: Internet))

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