sábado, agosto 25, 2007

1 DE MAYO

Día del trabajador que no descansa


El calendario lo marca como feriado mientras el mundo recuerda a los Mártires de Chicago, aquellos doscientos mil sindicalistas que fueron ajusticiados en Estados Unidos debido a su lucha en función a la consecución de la jornada laboral de ocho horas un 1 de mayo de 1889, quienes pretendían hacer valer la fórmula “Ocho horas para el trabajo, ocho horas para el sueño y ocho horas para la casa.”

Su celebración se ha establecido en la mayoría de países por acuerdo del Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional, celebrado en París ese mismo año.

En Perú, por más que haya leyes que velen por los derechos del trabajador, hay cantidad de entidades cuyo personal labora más de doce horas e incluso en días feriados.

El Decreto Legislativo Nº 854, Ley de Jornada de Trabajo, Horario y Trabajo en Sobretiempo, establece que no se podrá afectar el derecho del trabajador al descanso semanal obligatorio ni al que corresponde a los días feriados no laborables, los cuales deberán hacerse efectivos de acuerdo a lo dispuesto por el Decreto Legislativo Nº 713.

Sin embargo, establecimientos comerciales abrirán sus puertas como si se tratara de un día no festivo. Los puestos de alimentos, abarrotes y ropa del Mercado Modelo de Chiclayo atenderán en horario corrido, muchos de los comerciantes aseguran que los días feriados representan una bendición para sus bolsillos debido a que algunos incrementan sus ventas en un trescientos por ciento.

“Usualmente vendo ochenta soles diarios, pero los feriados logro vender doscientos soles” recalca un comerciante de sombreros y artesanía. Es claro que atienden para no perder las ventas que en días como estos se alzan gracias a la afluencia de los visitantes, quienes sí descansan y relajan saliendo de compras.

Pero no todos son los que sacrifican los días festivos por unos soles más, hay unos pocos que por pasar mayor tiempo con sus familias o salir de paseo cierran sus puestos de venta o no salen a las calles, pero solamente lo que dure la festividad.

Son los comerciantes ambulantes los que no gozan de vacaciones, feriados u horarios establecidos, puesto que la mercancía que venden representa el sustento de sus familias “¿Si un día no trabajamos, el otro de qué vivimos? Los trabajadores del estado descansan, los independientes no, trabajamos para mantener a nuestras familias, no podemos darnos el lujo de faltar” exclama un ambulante de la avenida Arica.

Por otro lado, los comerciantes del Mercado Central sólo laboran hasta el medio día.

“Los días feriados ganamos el doble, siempre el número de gente es mayor por eso no se puede descansar” señala la dueña de una concurrida juguería.

El centro de Chiclayo no es ajeno a esta realidad, tiendas de zapatos, librerías, restaurantes e incluso ambulantes laborarán el “Día del Trabajo”, algunos incluso reciben presiones por parte de sus jefes en relación a las ventas. “A nosotras nos ponen una meta los feriados, si normalmente vendemos siete u ocho pares de zapatos, un día feriado tenemos que vender el doble” asegura la empleada de una reconocida zapatería. Y si deciden quejarse o faltar en el día de su descanso “a la primera te vas” explica contrariada.

Según la Ley de la Jornada de Trabajo cuando el sobretiempo se realice en forma previa o posterior a la jornada prestada en horario diurno o nocturno, el valor de la hora extra trabajada se calculará sobre la base del valor de la remuneración establecida para la jornada, conforme al tercer párrafo del Artículo 10 de la misma Ley.

Pero esto ni siquiera se respeta, claro ejemplo el caso de un pequeño restaurante de la Avenida San José, donde sus trabajadoras ya se cansaron de reclamar sus derechos. “Le dijimos al dueño que los feriados no se trabaja, pero no hace caso. Es un día de descanso pero no nos pagan ni horas extras, cuando debe ser así” señala.

Centros comerciales como el Real Plaza, Vogani y tiendas como Saga Falabella tampoco hacen efectiva la Ley de Jornada de Trabajo en relación a los feriados, aunque en un horario especial, abren sus puertas para deleite de la ciudadanía, en su mayoría trabajadores del Estado o comerciantes independientes, que aprovechan para salir en familia, ajenos al sacrificio que centenares de chiclayanos hacen por cubrir la canasta familiar a costa de su día especial.



((Jill Barón Rodríguez - Estudiante VIII ciclo Periodismo))
((Expresión Nº 513 - Chiclayo, del 26 de abril al 3 de mayo del 2007))

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