Marioneta

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Y de pronto te das cuenta que estás en un círculo vicioso, 
donde no divisas el fin y ni encuentras el inicio, 
donde no sabes cómo empezó todo ni hacia dónde va tanto sinsentido. 

Te das cuenta que todo lo que dices se lo lleva el viento, 
que todo lo que das es recibido, agradecido y no valorado,
que todo lo que esperas jamás lo vas a recibir. 

Te das cuenta que él ya no es como empezó, 
que con el tiempo cayó la careta, 
que las caricias, los gestos, los besos, 
los abrazos que te da son pura inercia, 
que la pasión vuelve cuando ve a su presa asediada 
por otro lobo 
o cuando los reflectores de su teatro se apagan 
y ahí sí es tu lobo. 

En su aparentar, en su luz, no existes. 
En lo clandestino, en la oscuridad, te da vida. 
Te das cuenta que fue tu fe en él la que te permitió aceptar, callar y creer,
fue esa fe la que no te dejó salir corriendo. 

Pero de pronto te das cuenta que ya no eras tú,
que vas pretendiendo ser lo que no eres, 
que has ignorado tus límites, 
que has perdido tu esencia, 
que reaccionas como siempre criticaste: sumisa, 
que has defraudado tus convicciones, 
que eres la sombra de un silencio, 
a la espera de una señal para volver a respirar. 

Te das cuenta que te has convertido en una muñeca con cuerdas. 
En una marioneta. 
Y es ahí cuando mandas al carajo todo, 
porque aún estás a tiempo de salir corriendo


-JB
16diciembre2013

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