4. EL AVENTURERO ILUSTRADO. La vida de William Carey (1761 – 1834)
–Janet & Geoff Benge
El
asombroso viaje de William Carey a la India dio comienzo a una aventura
misionera cargada de dificultades y problemas así como de grandes victorias.
William Carey, el “padre de la misión moderna”, como también se le conoce,
mostró una voluntad inquebrantable para cumplir el propósito de acercar el
evangelio a los que andan en tinieblas. Su vida de servicio y sacrificio es un
hito para los cristianos de todas las generaciones.
En 1767, el padre de William fue nombrado sacristán de la
iglesia Santiago el Grande (Anglicana) esto le daría a William la oportunidad
de ir a la escuela. Algo hasta ese momento imposible pues no había dinero para
pagar su educación. La mayoría de los aldeanos no sabían leer ni escribir. Pero
otra sería la realidad en Paulerspury, ahí había una escuela privada de la
iglesia, y como el padre de William trabajaría allí, se le concedió un cupo en
ella. Además, en la nueva casa a donde se tendrían que mudar, William tendría
su propio cuarto. El padre de William era quien dirigía la oración, los
cánticos, en ocasiones daba el sermón, era responsable de la limpieza de la
iglesia, y debía anotar los nacimientos y defunciones. Por esto podía cobrar
una pequeña tasa, dinero que servía a la creciente familia. A los ocho años
conoció a su tío Peter, que regresó de Canadá donde luchó contra los franceses,
el que lo fascinó con sus asombrosas historias. Algo que aprendió gracias a él
fue su afición por las plantas. En una ocasión, cuando tenía 11 años, terminó
de leer todos los libros de la escuela por lo que buscando uno nuevo encontró
uno sobre plantas que su tío se había olvidado en casa. Estaba escrito en una
lengua extraña que luego descubrió, gracias a su padre, era latín. Este le dio
un manual de gramática latina de la escuela y en un par de meses William
hablaba el idioma, leyéndose todo el libro de plantas. A los doce años, William
tuvo que dejar la escuela (en donde se enseñaba hasta esa misma edad, de ahí
habían dos opciones para quien tuviera la oportunidad: trasladarse a una
escuela más avanzada o asistir a clases particulares) pero como su familia no
tenía dinero tuvo que suspender sus estudios y buscar un empleo. Su padre le
encontró uno en una granja. Pero el sol no era aliado de William, contrajo una
alergia, incapaz de ser curada, que siempre aparecía cuando él salía al sol.
Durante dos años la soportó pero luego admitió que necesitaba otro trabajo.
El padre de William tuvo que pensar mucho qué empleo sería
el más indicado para su hijo mayor, el de tejedor como él había sido no era muy
prometedor puesto que los nuevos inventos empezaban a reemplazar la mano de
obra. Varios días después, Edmund Carey se enteró que un cordobán (zapatero que
usaba piel de cabra, famosas las que se hacían en Córdoba, España, de ahí el
nombre) llamado Clarke Nichols buscaba un aprendiz. En 1774, serlo era cosa
seria, se firmaba un contrato para aprender el oficio durante siete años,
tiempo en el que no se recibía paga pero sí casa, comida y vestimenta por parte
del maestro, además, no se podía renunciar hasta que el tiempo finalice
convirtiendo al aprendiz en maestro. Al llegar donde Nichols lo recibió otro
muchacho tres años mayor, llamado John Warr. Como era el novato, tuvo que
ocuparse de las peores tareas como sacudir el cuero para hacerlo flexible,
remachar y realizar las entregas. El señor Nichols tenía también muchos libros,
William encontró uno en un idioma que no entendía, decidió preguntarle a Thomas
Jones, un tejedor que había ido a la universidad. Este le dijo que se trataba
de griego y al ver la fascinación de William le ofreció enseñarle el idioma.
Cuando tenía dieciséis años, William era el muchacho más educado del distrito. Tal
como había prometido a Dios, asistía tres veces los domingos a la iglesia y en
casa debatía con John sobre religión. John pertenecía a la iglesia
inconformista (se les llamaba disidentes, con denominaciones bautistas,
presbiterianas y cuáqueras) y alegaba que «la iglesia no
era libre para hacer lo que Dios quería, ya que su principal tarea consistía en
servir y agradar al rey, quien era automáticamente la cabeza de la iglesia». William ganaba aquellos debates pero siempre quedaba
insatisfecho por ello. Llegada la Revolución de Norteamérica, William no quiso
unirse al día de oración de Inglaterra por la derrota de las tropas
revolucionarias americanas, aceptó la invitación de John Warr de unirse a la
oración de los disidentes para que vencieran los revolucionarios. Al final del
culto William había tomado una decisión: quería ser disidente.
En setiembre de 1779, su maestro Clarke Nichols murió de
pronto y ambos jóvenes perdieron su empleo. John ya había terminado su
aprendizaje por lo que pudo encontrar un empleo y Thomas Old recibió a William
como aprendiz en Hackleton. Allí conoció a Dolly Plackett con quien se casó dos
años después en junio 1781. William tenía diecinueve años y una esposa que
mantener. Dedicaba su tiempo libre a cultivar verduras y flores, al año
siguiente nació su primera hija: Ann. William predicaba cada dos semanas en la
aldea de Earls Barton y una vez al mes en Paulerspury, donde vivían sus padres.
Sus padres no lo visitaban en Hackleton por eso no sabían de la precaria
situación de su hijo, él y su mujer comían copos de avena y agua. A los
dieciocho meses su hija se enfermó y murió. Al mismo tiempo William se enfermó
de lo mismo y pidió el auxilio de su madre. Gracias a los cuidados de su madre,
William se repuso (aunque siempre sería muy propenso a los resfriados) pero perdió
casi todo el pelo. Tenía veintitrés años y sentía vergüenza de ser calvo por lo
que encargó una peluca barata. Cuando su
madre regresó a casa le contó la situación de su hijo a sus amigos y vecinos y
entre todos reunieron dinero para que los Carey pudieran comprar una casa de
campo. William, pasados los momentos de sinsabor, decidió bautizarse, John
Ryland lo hizo el 5 de octubre de 1783. Tres meses después, el patrón y cuñado
de William, Thomas Old, murió. Carey se hizo cargo de su zapatería y de sostener
a la viuda y a sus cuatro hijos, no por obligación sino por misericordia. En
1785, la cuñada de Carey se volvió a casar lo cual libró de carga a William y
una iglesia bautista de Moulton le ofreció ser su predicador (con quince libras
esterlinas anuales de sueldo) lo cual aceptó. Además, enseñaba en la escuela lo
que le daba mayores ingresos, considerando que tenía otro hijo: Félix. Lo que
no duró mucho pues regresó el antiguo maestro, William regresó a su antiguo
oficio, el de zapatero, pero esta vez hacía calzado para el ejército bajo
contrato.
El 3 de mayo de 1787, a los veintiséis años, William se
ordenó como ministro del Evangelio. Pudiendo asistir a las reuniones de la
Hermandad de Ministros de Northampton. En una de estas se hablaba sobre las misiones,
cuanto más leía William la Biblia más se convencía de que Dios esperaba que los
cristianos salieran a propagar el mensaje del evangelio. Así lo hizo saber a
sus colegas reverendos, Ryland lo tildó de “infortunado entusiasta”. Estas
palabras no menguaron el interés de William en las misiones, empezó a escribir
unas notas sobre el tema las que se convirtieron en un manuscrito para un
libro, el que costaba mucho publicar. Su contratista (el señor Gotch) le
ofreció concederle igual dinero (al que ganaba como zapatero) para que deje ese
oficio y use el tiempo para convertirse en mejor ministro. William estudió por
su cuenta hebreo y holandés, además de griego y latín. Las cosas mejoraron, tuvo
dos hijos más: William y Peter. En 1789, esperaba su tercer hijo cuando aceptó
ser pastor de otra iglesia, la familia se mudó a una casa más pequeña y para
tener un dinero extra enseñaba a niños pues en el pueblo no había escuela. A
los dieciocho meses su pequeña hija Lucy también murió. Su esposa entró en una
nueva depresión pero, gracias a la ayuda de su cuñada Kitty, William pudo
continuar con sus obligaciones de ministro. Terminó de corregir su libro al que
tituló “Una indagación sobre las obligaciones de los cristianos de usar medios
para la conversión de los paganos en la que se considera la situación de la
religión en varias naciones del mundo, el éxito de anteriores empresas y la
viabilidad de otras nuevas” (los títulos así de largos eran comunes y exitosos
en la época) pero la gente lo llamaría solamente “Indagación”. Tom Potts, a
quien conoció en una reunión de ministros, tras escuchar sus razones en defensa
de las misiones le ofreció publicar su libro, hecho esto el 12 de mayo de 1792.
En conferencias posteriores, y tras leer el libro, sus colegas empezaban a
entender su razonamiento, William decía “Espera grandes cosas de Dios. Intenta
grandes coas para Dios”.
William Carey, John Ryland, Andrew Fuller y John Sutcliff
fundaron la “Sociedad Bautista Particular para la Propagación del Evangelio”. Poco
después, William recibió una carta de John Thomas, médico cristiano que había pasado
cuatro años en Bengala. Lo invitaron a reunirse con ellos y decidieron que
Thomas sería su primer misionero, pero este pedía alguien que lo acompañe, un
hombre que pueda hacer traducciones. William decidió ser ese hombre.
Lastimosamente su esposa Dolly se negaba a dejar Inglaterra, más aún cuando
esperaba otro hijo. Pero la convenció de que dejara viajar con él a su hijo
Félix que en ese momento ya tenía ocho años. La sociedad decidió hacer una gira
por Inglaterra compartiendo su misión y buscando ofrendas de iglesias que
quisieran apoyarlos económicamente. En uno de esos viajes William conoció a
William Ward, impresor que luego se uniría a Carey, sin saberlo aún, en India.
Recolectado el dinero ya estaban listos para viajar, pero sucedían dos cosas:
Francia e Inglaterra estaban en guerra, por lo que los mares británicos estaban
rodeados de corsarios franceses; y existía la Compañía de la India Oriental, la
que negaba la entrada a India de misioneros y maestros extranjeros. Tuvieron
que convencer al capitán White (del Earl
of Oxford) de que los lleve sin permiso. El 4 de abril de 1793 William, su
hijo Félix, John Thomas, su esposa y su hija Elisa viajaban hacia el mar del
Norte. Pero apenas una hora después de pasar la seguridad del Támesis, el
capitán White debió parar el viaje en Portsmouth por miedo a los corsarios
franceses, en espera de armar un convoy de barcos. Mientras esperaban zarpar
nuevamente, William se enteró que el doctor Thomas tenía deudas de casi
quinientas libras con comerciantes ingleses y que pretendía salir hacia India
con esas deudas a cuestas. A su vez, el capitán White les dijo que la compañía
sabía que llevaba a hombres sin permiso por lo que debía dejarlos y no
arriesgar su carrera por eso. Thomas fue a Londres a ver qué podía hacer. White
aceptó llevarse a la señora Thomas y a Elisa, quienes zarparon con él. William
y Félix fueron a Londres a darle la noticia al doctor. Él consiguió ubicar a un
marinero danés que esperaba a su barco que haría escala en Inglaterra y que iba
hacia la India. Este aceptó llevarlos pero los pasajes era demasiado caros. Al
volver a la pensión, William recibió una carta de su esposa en la que le decía
que su hijo había nacido, lo llamó Jabez. Él decidió que habría tiempo para ir
a convencer a su esposa a que lo acompañe. Esta aceptó hacerlo una vez que su
hermana Kitty decidió acompañarla. Llegando a Londres compraron los pasajes,
los que pudieron pagar viajando Thomas y Kitty como criados, y fueron rumbo a
Dover a esperar el barco danés. El viaje a bordo del Kron Princessa María empezó en junio de 1793, fue una aventura para
los hombres y niños pero no para Dolly y Kitty a pesar de que el capitán
Christmas (inglés nacionalizado danés) los trataba muy bien e incluso los
invitaba a cenar a su mesa. Durante ese viaje, William decidió deshacerse de la
peluca pues ya no se avergonzaría más de su cabeza casi calva. Por fin en
noviembre del mismo año el barco echó ancla en el río Hugli, India, en espera
de un piloto. Pero a William preocupaba el hecho de que su entrada a la India
era ilegal. Decidió que sería mejor dejar el barco secretamente antes de que
llegue el piloto, así lo hicieron a bordo de un bote llamado pansi. Llegaron a Calcuta donde
recogieron su equipaje y enrumbaron hacia la casa que había alquilado la señora
Thomas. Una vez allí, llegó un hindú convertido al que Thomas presentó como Ram
Boshu a quien William le pidió ser su profesor del idioma.
Como el dinero empezaba a escasear, decidieron mudarse a
un asentamiento portugués llamado Bandel. A las cuatro semanas el imprudente
doctor Thomas había gastado lo que les quedaba de dinero. El capitán Christmas
había recomendado a William para un puesto de jardinero en Calcuta y decidieron
que regresarían para allá. Él como jardinero y el doctor Thomas abriría una
consulta para también poder pagar sus deudas. El plan no resultó para William y
fue Ram Boshu quien lo ayudó, un amigo suyo les prestó una caseta de su jardín
en una zona peligrosa, pero Dios los protegió. Cuando ya creían que morirían de
hambruna, llegó Wam Boshu con nuevas noticias, su tío le ofrecía el uso
gratuito de un pequeño terreno en Dechatta durante tres años. Para esta nueva
mudanza William requería del dinero que había separado para la obra misionera,
el que guardaba Thomas. Grande fue su sorpresa al hallar al doctor Thomas
rodeado de lujos en Calcuta y sin el dinero para la obra, el que se había
gastado en su totalidad. William se sintió desolado, se le ocurrió visitar al
capellán del ejército, reverendo Brown, en Fort William, pero este al oír el
nombre de John Thomas le cerró la puerta en la cara. Pasados unos días en que
nadie quería prestarle ni una rupia llegó a su casa el doctor Thomas con dinero
que había conseguido prestado y sintiéndose muy mal por lo que había hecho. Con
ese dinero la familia Carey y Ram Boshu enrumbaron a Dechatta. Una vez en la
parcela ofrecida William tocó la puerta de la vivienda que había ahí cerca, el
inglés Charles Short quien trabajaba en la fábrica de sal, los invitó a
almorzar alegrándose de tener nuevos vecinos. Ram Boshu le dijo a William que
los paisanos habían abandonado la zona porque estaba infestada de tigres.
William, con ayuda de Ram, limpió la parcela y construyó una caseta. Para su
sorpresa no sufrió de aquella alergia al sol nunca más.
Mientras William buscaba la manera de salir de Calcuta,
antes de recibir la ayuda del tío de Ram Boshu, George Udley, antiguo amigo del
doctor Thomas que trabaja como delegado comercial para la Compañía de la India
Oriental, perdía a su hermano y cuñada quienes se harían cargo de una de las
dos fábricas de añil que se estaban construyendo. El doctor Thomas le contó de
su, también, mala situación económica en Calcuta. Udley le ofreció hacerse
cargo de una fábrica y Thomas le recomendó a William Carey para que se haga
cargo de la otra. Además, recibiría doscientas cincuenta libras al año, podría
predicar y traducir la Biblia, y recibir un permiso de trabajo de cinco años.
El 15 de junio de 1794, tras casi un mes de viaje en balsa, llegaron a Malda
donde fueron recibidos por George Udley, quien durante dos semanas le enseñó
todo lo relativo a la fabricación del añil. Llegaron aquí sin Kitty la que se
había enamorado de Charles Short. Tres días después, la familia Carey y Ram
Boshu, llegaron a Mudnabatti, donde se encontraba la fábrica que William
dirigiría. En setiembre de 1794, Peter, de cinco años, contrajo disentería pero
su cuerpo no resistió y murió. Dolly no se recuperó de la pérdida, su enfermedad
era mental.
El doctor Thomas y William unieron parte de sus ingresos
para fundar un internado misionero, con Ram Boshu como director, al que
asistieron doce jóvenes. Durante los meses que la fábrica no producía añil,
William visitaba las aldeas de los alrededores inspeccionando los campos de
índigo y hablando acerca de los dioses hindúes. También se dedicaba a traducir
la Biblia al bengalí y a aprender el sánscrito (lengua antia de la India). En
1796, Dolly mejoró un poco y dio a luz a su séptimo hijo: Jonathan. A finales
de ese año llegó John Fountain, enviado por la sociedad misionera. Su permiso
de entrada era como ayudante de supervisor en la fábrica de añil de Mudnabatti,
única manera de obtenerlo. En marzo de 1797, William terminó la primera
traducción al bengalí de la Biblia. George Udley, para ayudarlo, compró una
imprenta para que la Biblia sea impresa; William la instaló en su casa y con un
préstamo, el que devolvería con la venta de la mitad de las Biblias, compró los
tipos de plomo en Calcuta. Al regresar, se enteró que la sociedad misionera
enviaba a otros dos misioneros. Era tiempo de mudarse, pues la fábrica no era
tan rentable como para sostener a dos más, por culpa de las inundaciones. Con
el dinero ahorrado como supervisor, hizo un primer pago para comprar una
pequeña fábrica de añil en Kidderpore. El 27 de octubre de 1799, llegaron en
vez de dos misioneros ocho adultos y cinco niños. Entre ellos William Ward (el
joven que conociera en Londres seis años atrás). Ahora se encontraba en una
nueva disyuntiva: quedarse en Kidderpore (donde ya estaba viviendo con su
familia) en donde la producción de añil proveería el dinero para la obra con
los nuevos misioneros, o irse hacia Serampore en donde el gobernador danés les
daría permiso para vivir y trabajar bajo su protección, y de donde no podía
salir William Ward el impresor que necesitaban.
Se decidió por Serampore, allí compraron una casa
(resultaba más barato, uniendo todos su dinero) con suficiente espacio para los
diez adultos y los nueve niños. Decidieron hacer turnos de un mes para gobernar
la casa, que todo el dinero que pudieran ganar entraría en una cuenta común, y
que cada persona recibiría un pequeño subsidio mensual. William Ward descargó
la imprenta y en seguida se puso a trabajar en la impresión de la Biblia
bengalí, con ayuda de William Jr. y Félix Carey. Pero se dieron cuenta que
imprimir toda la Biblia sería muy costoso así que separaron los Evangelios y
primero imprimieron el de San Mateo. Joshua Marshman dirigió el internado para
niños y niñas (al que asistían los hijos de los empleados de la compañía) con
ayuda de su esposa Hannah, la que dirigía la escuela de niñas y también se
ocupaba de los niños más pequeños de William: Jabez y Jonathan. Al mes,
abrieron otra escuela para niños hindúes. Las Biblias se imprimían a gran
velocidad, pero pronto se quedaron sin dinero para continuar, a William Ward se
le ocurrió pedir ayuda económica a través de la Gaceta de Calcuta (el
periódico) lo que resultó pues se recaudó suficiente dinero para continuar.
Pero esto enfureció al gobernador general, Lord Wellesley, quien había
prohibido las imprentas en el distrito de Bengala. Le pidió al reverendo Brown
(el mismo que se negara a ayudar a Carey en su llegada a la India) que
discutiera eso con Carey, pero como estos dos ya habían limado asperezas y la
obra de William era solo evangelizadora, Brown le aseguró al gobernador que los
misioneros no pretendían imprimir nada negativo contra el imperio británico.
Para el año 1800, los siete misioneros enviados a la
India los que se redujeron así: William Grant había fallecido a los pocos días
de llegar, el doctor Thomas abandonó la misión y se mudó al interior y se
dedicó a destilar ron, John Fountain murió enfermo de disentería en un viaje
misionero dejando a su joven viuda Mary Tidd. Meses después, esta se casó con
Willian Ward y para entonces William Carey ya hablaba fluido el bengalí y el
sánscrito. Pero algo lo ponía triste: a pesar de los esfuerzos no había ningún
convertido. Lo que cambiaría muy pronto. En una ocasión el doctor Thomas estaba
de visita cuando llegó un muchacho pidiendo socorro para su padre herido en un
río cercano. Se trataba de Krishna Pal (que estaba bañándose con sus hijos) el que se había dislocado el hombro; el doctor
Thomas lo ayudó mientras le compartía el evangelio, luego William lo visitaría
para invitarlo a la casa de la misión. Krishna Pal llevó a su amigo Gokul. Para
Navidad de 1800, ambos hindúes decidieron entregarse a Cristo y para el 28 de
diciembre la esposa e hijas de Krishna también se hicieron cristianas. Krishna
Pal y Félix Carey fueron bautizados poco después. Testimonio para otra persona
que pronto se les uniría: Charlotte Rumohr (condesa danesa, rica y culta) a
quien William le daba clases privadas de inglés.
El 5 de marzo de 1801, el primer Nuevo Testamento
completo saldría de la prensa; representaba ocho años de trabajo y quince
largos meses de esfuerzos de impresión. Nadie imaginaba que esta Biblia
salvaría la obra de la misión. Enviaron una copia a cada persona que colaboró
con ellos: al rey de Dinamarca dándole gracias por su protección en Serampore,
otra al rey de Inglaterra, y otra al reverendo Brown.
En 1800 se había inaugurado la Universidad de Fort
William, fundada por Lord Wellesley quien se preocupaba por la enseñanza y
madurez de los jóvenes enviados de Inglaterra para trabajar en la compañía. El
reverendo Brown fue nombrado rector, fue precisamente este quien tras enseñarle
la copia del Nuevo Testamento bengalí a Lord Wellesley le propuso contratar a
William Carey como profesor de lengua. Al principio este dudó, pero terminó
aceptando. Bien por la misión, pues el 8 de mayo de 1801 las tropas británicas tomaron
el control de Serampore. De nuevo se encontraban en territorio británico, pero
por haber aceptado este cargo la misión de William Carey podía continuar sin
problemas. Además, contarían con el dinero que se le pagaba como tutor.
La obra de la misión continuaba, imprimiendo folletos
evangelísticos y compartiendo el mensaje. Las cuatro hijas y esposa de Krishna
Pal fueron bautizadas y la guerra entre
Gran Bretaña y Dinamarca terminó, regresando así Serampore al control danés.
Hubo también algunos eventos tristes: Daniel Brunsdon enfermó y murió, así como
el doctor Thomas. La relación entre William Ward, Joshua Marshman y William
Carey se hizo más estrecha, llegando a conocérseles en Europa y América del
Norte como la “Triada de Serampore”. En 1806 las leyes de la universidad se
cambiaron para poder nombrar a William Carey profesor, con esto su sueldo se
duplicó. En 1807 su hijo William Jr. fue ordenado ministro bautista, se casó y
se fue a vivir a Malda como misionero. El 7 de diciembre Dolly Carey, luego de
una corta enfermedad, murió. Seis meses después, él y Charlotte Rumohr
anunciaron que se casarían, a pesar de las preocupaciones de la gente acerca de
que ella podría ser una carga para William (puesto que era inválida) se
casaron; Charlotte era igual de inteligente que él y hablaba varios idiomas por
eso ayudó a su marido en la traducción. El 11 de marzo de 1812, William se
encontraba en la universidad cuando le avisaron que un incendio había acabado
con todo el taller de impresión, quemándose varios manuscritos importantes; la
imprenta logró salvarse así como varios tipos. La noticia del fuego y de la
pérdida de la misión recorrió el país, varios donaron el dinero que podían para
reconstruir y reemplazar lo perdido; la noticia llegó a Inglaterra seis meses
después y recorrió ese país alentando a los cristianos a donar; fue tanto el
dinero que recaudaron que tuvieron que decir por carta, a cada iglesia, que ya
no era necesario que sigan donando. Por este motivo todos querían conocer cómo
era William Carey, quien aceptó a regañadientes ser retratado.
William Wilberforce, que había resultado exitoso en su
campaña contra la esclavitud, inició una lucha contra la Compañía de la India
Oriental para que esta permitiera el ingreso de misioneros a la India. El 28 de
julio de 1813 se logró esto. De esta manera su sobrino Eustace (hijo de su hermano
Tom) fue el primero en obtener licencia para ser misionero en India. Lord Moira
pidió a Carey envíen misioneros a la isla de Amboyna, en Molucas, su hijo
Jabez, de diecinueve años, aceptó. Fue bautizado, ordenado ministro bautista,
se casó, y partió. Félix Carey, casado y con tres hijos, también había partido
como misionero hacia Birmania en donde convenció al rey de Birmania para
vacunar contra la viruela a la población local. Lamentablemente, luego de una
visita a Serampore en el camino de regreso a Birmania, la embarcación donde iba
Félix y su familia naufragó y él fue el único sobreviviente.
Poco después de la llegada de Eustace Carey otros lo
siguieron, pero eran todos jóvenes que no habían conocido a William Carey y
empezaron a criticar la manera en que hacían las cosas los veteranos. Que
Joshua Marshman era muy autoritario, que William Ward los obligaba a trabajar
demasiado, que William Carey se vestía elegantemente; inquietudes que habrían
tenido respuesta de habérselas hecho a sus protagonistas. Todo eso pesó a
William quien había ido a la India a compartir el evangelio no a discutir por
quién dirigiría la misión. Para finales de 1817, los jóvenes misioneros se
mudaron a Calcuta. También fue acusado de acumular riquezas personales, algo
falso, él recibía dinero como profesor de la universidad pero todo el dinero
iba a la obra de la misión; durante todos esos años en India, William Carey
había donado más dinero a la Sociedad Misionera Bautista (casi cuanta mil
libras, fortuna en esa época) que cualquier otra persona. Otra preocupación más
para William era la situación de su hijo Félix, el que vagaba sin rumbo luego
de la muerte de su familia. Finalmente, en 1818, en un viaje, William Ward
encontró a Félix y lo convenció para regresar a Serampore, donde empezó a
ayudar en la producción de periódicos y revistas en bengalí. Estando Félix con
ellos, William Ward pudo ir a Inglaterra, mientras William Carey recobró su
sueño de hacer una universidad como la de Fort William pero para cristianos. El
rey de de Dinamarca donó dos hectáreas de terreno junto al de la misión para
este proyecto, Lord Hastings, gobernador general de la India, donó ciento
veinticinco libras para la construcción, el gobierno británico contrató y
corrió con los gastos de un profesor de medicina, y William Ward regresó de
Inglaterra con cinco mil libras. En 1820 William fundó la Sociedad de
Horticultura de la India, con el apoyo de lady Hastings, para ayudar a los
hindúes a aprovechar sus tierras y poder alimentar a más personas.
El 30 de mayo de 1821, Charlotte Carey murió, otras tres
personas la siguieron: Krishna Pal murió de cólera, Félix Carey por problemas
de hígado, y William Ward también por causa del cólera. En 1823 William Carey
se casó nuevamente con Grace Hughes, amable y generosa. Ese mismo año una
inundación arrasó con la casa de William y el jardín que plantó con Charlotte. Luego,
como sucediera cuando el fuego terminó con el taller de imprenta, volvieron a
reconstruir la misión. En 1827 el rey de Dinamarca le concedió a la Universidad
de Serampore el derecho de otorgar títulos, Dios había llevado a un humilde
zapatero apenas con educación primaria a dirigir la primera universidad de la
India a la que se le otorgaba tal derecho. El 4 de diciembre de 1829, lord
Bentick, gobernador general, firmó un decreto que declaraba ilegal la práctica
del sati (costumbre India en la que
las viudas debían arrojarse al fuego junto con el cadáver de sus esposos). En
los años que siguieron los bancos quebraron perdiendo así el dinero de la misión,
además, como consecuencia de la crisis, la Universidad Fort William cerró
privando de ese sueldo a la obra de la misión.
A pesar de ser muy anciano, William se negaba a
jubilarse. En julio de 1833 sufrió un derrame cerebral, luego de ese vendrían
dos más. Sus tres hijos dejaron momentáneamente sus labores (Jabez era misionero en Rajputana, William en
Cutwa, y Jonathan ejercía de abogado en Calcuta) para estar a su lado en sus
últimos momentos. Una última visita fue Alexander Duff, quien tenía un plan de
fundar una universidad cristiana en la India, al irse este, William le dijo: «Señor Duff cuando yo me haya ido al cielo, no diga nada acerca de mí,
hable solo de su Salvador». William murió el 9
junio de 1834.
«Fundó
la universidad más prestigiosa de India, tradujo la Biblia a muchas lenguas
hindús y asiáticas, ayudó a fundar muchas iglesias y escuelas en India, dictó conferencias
en contra de las prácticas inhumanas en India y ni una sola vez dudó de su
llamado de predicar el mensaje del Evangelio al pueblo hindú, dondequiera que
ese se encontrase».
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